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2021-06-16 × 

Hondalea, ¿un faro para la (des)igualdad?

La inauguración de Hondalea, la obra de Cristina Iglesias excavada en el interior de la Casa del Faro en la Isla de Santa Clara, constituye un hito para Donostia y aspira a convertirse en un símbolo de la defensa de causas ecológicas y de la conservación medio ambiental.

La obra, que pone en valor un espacio público de la ciudad, dará lugar al desarrollo de actividades educativas y artísticas “que versen en torno a las diferentes manifestaciones artísticas, así como a la sostenibilidad, el medioambiente, el cuidado de los mares y océanos”, según se indica en la propia información del proyecto.

En noviembre de 2018 elkartu se dirigió formalmente al Ayuntamiento de Donostia para denunciar que esta intervención artística carecía de las necesarias condiciones de accesibilidad. Asimismo, se solicitaba la constitución de una mesa de trabajo con el objeto de analizar las medidas a adoptar para garantizar la accesibilidad de un proyecto ejecutado en un espacio público y que, en consecuencia, requería de la máxima responsabilidad pública en la garantía del derecho de accesibilidad universal.

A pesar de ello, el proyecto se ha llevado a cabo en los términos inicialmente previstos, dando como resultado la formación de una obra artística de indudable valor pero que, por las dificultades intrínsecas del espacio y la ausencia de medidas orientadas a garantizar las condiciones de accesibilidad de los itinerarios, infraestructuras y modos de transporte a la Isla, excluye de manera injustificada a una parte de la población que, por otra parte, sí ha contribuido, en su condición de ciudadanía, a sufragar la notable inversión económica que ha supuesto para las arcas públicas.

Esta realidad no se ha dado, a diferencia de lo que ocurre habitualmente en materia de accesibilidad, por el olvido o negligencia de quienes ostentan la responsabilidad política y técnica de ejecutar proyectos, sino por la voluntad consciente y deliberada de llevar a cabo una intervención que irremediablemente excluye a las personas con movilidad reducida. Es decir, se ha vulnerado el principio del diseño para todas las personas, cuando la propia Observación General nº 2 del Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad de las Naciones Unidas, establece que “la aplicación estricta del diseño universal a todos los nuevos bienes, productos, instalaciones, tecnologías y servicios debe garantizar un acceso pleno, en pie de igualdad y sin restricciones a todos los consumidores potenciales, incluidas las personas con discapacidad, de una manera que tenga plenamente en cuenta su dignidad y diversidad intrínsecas”.

Lejos de constituir un hecho aislado, lo ocurrido con Hondalea es un claro exponente del paradigma que impera en el conjunto de la sociedad y en quienes ostentan la responsabilidad de diseñar las políticas públicas, en virtud del cual se asume como inevitable daño colateral que una parte de la población no tenga la oportunidad de acceder y disfrutar de unos bienes, productos o servicios diseñados bajo parámetros de homogeneidad, y que prescinden de la diversidad como factor inspirador. Así, los discursos que abordan la inclusión y el diseño de las ciudades para todas las personas queden en mera retórica, mientras la conciencia colectiva y las políticas acrecientan las desigualdades sociales.

Es por ello que el avance cualitativo en la promoción de la accesibilidad universal y, en general, de las políticas orientadas a alcanzar la inclusión social y la igualdad de todas las personas, no se producirá hasta que la sociedad abandone su silenciosa complicidad frente a decisiones que generan discriminación y exclusión, y las instituciones públicas tomen conciencia de la necesidad de transformar el modelo de gobernanza, transitando desde la unilateralidad y verticalidad, hacia el codiseño y corresponsabilidad compartida con la ciudadanía y los agentes sociales que combinan conocimiento y experiencia.

En definitiva, este año en que se celebran las Jornadas Europeas del Patrimonio promovidas por el Consejo de Europa con el lema de “Patrimonio inclusivo y accesible”, la obra Hondalea nace para convertirse en uno de los referentes culturales de la ciudad, pero lo hace arrastrando en sus olas componentes de desigualdad que obstaculizan la construcción de una sociedad basada en la justicia, equidad e inclusión.