Comparecencia en las Juntas Generales de Gipuzkoa sobre Covid-19

Primeramente, se han expuesto los principales datos obtenidos del proceso de recogida de información llevado a cabo entre más de 300 personas con discapacidad, destacando los siguientes:

• El 67% de las personas que residen en un domicilio ha recibido Cuidados Familiares, el 17% ha hecho uso del Servicio de Ayuda a Domicilio, el 8% ha dispuesto de Asistente Personal y el 8% no ha requerido de cuidados.

• El 10% de quienes hacen uso del Servicio de Ayuda a Domicilio ha ampliado las horas de atención, frente al 13% entre quienes tienen contratado un/una Asistente Personal.

• El 20% de quienes hacen uso del Servicio de Ayuda a Domicilio ha ampliado las actividades objeto del recurso (hacer la compra, adquirir medicamentos, etc.), frente al 50% entre tienen contratado un/una Asistente Personal.

• El 81% de las personas con discapacidad física que han participado en el proceso de recogida de información no ha recibido la llamada de los servicios sociales municipales interesándose por su situación y necesidades durante el confinamiento.

Asimismo, elkartu ha compartido con los grupos junteros diferentes reflexiones y propuestas al hilo de la especial situación de vulnerabilidad vivida por las personas con discapacidad en las diferentes fases de la pandemia:

• Se han observado mayores cotas de bienestar personal y social, así como de garantía de derechos, entre aquellas personas con discapacidad que desarrollan su proyecto vital en el ámbito domiciliario y comunitario. Así, resulta más necesario que nunca impulsar el modelo de Vida Independiente, por el que las personas con discapacidad puedan elegir su lugar de residencia y dónde y con quién vivir, en igualdad de condiciones con las demás, y no se vean obligadas a vivir con arreglo a un sistema de vida específico como es el modelo residencial.

• La pandemia ha permitido acreditar que las personas con discapacidad institucionalizadas han vivido un estado de excepción, vulnerándose sus derechos más elementales. Por tanto, es necesario transformar el modelo de atención residencial, así como impulsar un auténtico proceso de desinstitucionalización de las políticas sociales.

• La crisis sanitaria y social ha tensionado el sistema de cuidados, siendo la familia la institución que ha asumido el protagonismo y responsabilidad en la atención a las situaciones de dependencia. Es necesario, por tanto, dignificar unos cuidados que constituyen la primera y, en ocasiones, última red de atención, y revertir las medidas adoptadas en los últimos años en perjuicio de los cuidados familiares.  

• La gestión de la crisis se ha caracterizado por un modelo de gobernanza basado en las decisiones unilaterales y la invisibilización de las personas con discapacidad y de las entidades del Tercer Sector Social que les representan. Resulta imprescindible impulsar un modelo de gobernanza colaborativa en el que las personas con discapacidad sean escuchadas y sus propuestas tenidas en consideración, en los términos establecidos en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad.

Finalmente, elkartu ha trasladado su firme disposición para colaborar con las instituciones competentes en la necesaria transformación de las políticas sociales, que han de transitar hacia un modelo basado en los derechos de las personas más vulnerables, un enfoque orientado a la normalización que supere la segregación de determinadas personas de la propia sociedad, y una gobernanza colaborativa entre las instituciones públicas y el Tercer Sector Social que representan a las personas en situación o riesgo de exclusión social.